lunes, 9 de junio de 2008

Platón ( 427-347 A.C)


Platón es un discípulo de Sócrates. Es un dato importante si consideramos que el filósofo condenado a muerte dedicó buena parte de su trabajo a tratar de establecer la verdad de cómo debía comportarse el hombre de la polis. A Sócrates le interesaba lo que era, por ejemplo, la justicia, no según como la considerase cada cual, sino como era EN SÍ. Le interesaba la verdad, y no lo que los hombres pudieran opinar sobre ella.
De la misma manera podemos decir que Platón sigue una senda en la que trata de buscar lo que son las cosas y cómo son las cosas, lo que las hace ser estables y no lo que las hace cambiar. Como a los presocráticos, les interesaba el SER de las cosas y le impresionaba el cambio. Decimos entonces que Platón desarrolla una teoría ONTOLÓGICA, vale decir que se preocupa por el ser de las cosas. Además, a ello se agrega una teoría del conocimiento o GNOSEOLOGÍA, ya que de la misma forma plantea cómo conocemos los seres humanos.
En la Alegoría de la caverna, Platón entrega de manera metafórica lo que son las bases de su planteamiento. En principio los seres humanos somos prisioneros de nuestro conocimiento sensible. Los sentidos nos permiten movernos con cierta comodidad en un mundo que es, sin embargo, cambiante. Y en tanto que el mundo sensible es cambiante, para Platón es un mundo aparente, un mundo de sombras, de cosas que parecen ser pero que no entregan ninguna garantía de estabilidad. De éste mundo que deja de ser no podemos tener un conocimiento CIERTO, verdadero, tan solo podemos tener OPINIÓN, o DOXA como decían los griegos.
Sin embargo, lo que le da el ser, la estabilidad, a las cosas es su IDEA. La idea es como el molde o modelo según el cual “son hechas” las cosas. La idea de la cosa es lo verdaderamente existente, lo que realmente es. Las cosas sensibles e individuales reciben su ser de la idea, que es por tanto, universal, inmutable y perfecta.
De ésta forma, por ejemplo, todos los caballos son iguales. Sabemos que no lo son exactamente, pero que hay algo en cada uno de ellos que hace que sea también nombrado como caballo. Eso es la idea.
Para Platón las ideas pueden ser conocidas por el ser humano. Sólo el conocimiento de las ideas es el verdaderamente cierto, realmente verdadero y cierto, a tal punto que representa una ascensión, una liberación desde la caverna de los sentidos hasta la luminosidad del intelecto y la razón.
La reminiscencia.
Según esta teoría, el conocimiento verdadero del hombre, la ascensión desde la caverna hasta la luz, es posible porque el alma del ser humano - que es en buena parte racional - habitaba el mundo de las ideas desde mucho antes de encarnarse en el cuerpo individual: vale decir, antes de estar dentro del cuerpo, el alma del hombre ya conocía las ideas de las cosas, lo realmente existente. Por esta razón, para Platón, más que conocimiento, hay re-conocimiento, o sea recuerdos de lo que ya se sabía.
Pero no todos los seres humanos logran idealizarse, no todos logran su liberación y huída de la caverna. Muchos no logran darse cuenta de que habitan un mundo de apariencias y sombras, y se quedan aferrados a lo que les ofrece su cuerpo.
De seguro, también Platón piensa en su maestro Sócrates, quien regresó a las profundidades de la polis para enseñar a la gente la real sabiduría y fue, sin embargo, finalmente rechazado y castigado por sus semejantes.